El cinturón es el elemento más importante para la seguridad pasiva porque es el único freno del cuerpo en caso de impacto, tanto para el conductor como para el resto de pasajeros, tanto en los asientos delanteros como traseros.

Los beneficios del cinturón de seguridad son evidentes: reduce de tres a uno la probabilidad de muerte en accidente de tráfico y alcanza su máxima eficacia en los vuelcos, donde reduce el riesgo de fallecimiento en un 77%. En 2020, 125 personas fallecidas en accidente de tráfico no lo usaban, el 26% del total. En cuanto a los heridos, 205 de las 1.438 personas que necesitaron ser hospitalizadas tras un siniestro vial (el 15%) también iban sin él.

El uso del cinturón en España es obligatorio desde 1975 para los asientos delanteros y desde 1992 para los traseros. No usarlo es una infracción grave penalizada con 200 € de multa y con la pérdida de 3 puntos en el carné si eres el conductor.

¿Cómo funciona el cinturón?

A pesar de lo que puede parecer, el cinturón no sirve para que los pasajeros no se muevan en caso de choque, sino para que amortigüen su deceleración. Se podría decir que, en cierto modo, el cinturón actúa como un paracaídas. Del mismo modo que el coche tiene estructuras deformables para perder su energía cinética en caso de impacto, los pasajeros disponen del cinturón de seguridad para perder la suya.

El cinturón está hecho para estirarse, pero no porque sus fibras sean elásticas, sino porque están tejidas para que pierda anchura y gane longitud con el fin de no causar lesiones graves al usuario.

Sin este dispositivo, por ejemplo, en un choque a 80 km/h contra un objeto rígido los ocupantes del coche se verían lanzados hacia delante con una fuerza 80 veces superior a su peso.

El cinturón no es un elemento aislado, sino que forma parte de un conjunto de seguridad con los otros sistemas principales de retención (airbags y reposacabezas) y estos últimos pueden no servir si no llevas abrochado el cinturón. 

Normas básicas a tener en cuenta para su uso

Cuando vayas en un vehículo, debes tener en cuenta algunas recomendaciones básicas e importantes en relación con el uso del cinturón de seguridad:

  • Ponerse el cinturón en las plazas traseras es tan importante como hacerlo en las delanteras.
  • Debes llevar el cinturón bien ceñido al cuerpo. Es por ello que no debes utilizar pinzas o ropa demasiado voluminosa. Las pinzas y las prendas muy gruesas restan eficacia al cinturón y facilitan que choques contra cualquier parte del vehículo.
  • No debes poner nada debajo del cinturón con el fin de ir más cómodo.
  • Evita poner cualquier tipo de toalla o funda en los asientos, ya que aumenta la probabilidad de que se produzca el efecto submarino.
  • Comprueba, una vez abrochado, que no esté enganchado o enrollado en alguna parte de su recorrido porque puede ser peligroso y además pierde eficacia.
  • Pasa la parte superior de la cinta por la clavícula, entre el cuello y el hombro; nunca por el cuello, porque podría causar lesiones graves en caso de accidente.
  • Coloca el asiento casi en ángulo recto, nunca demasiado inclinado, ya que esta posición favorece la aparición del efecto submarino o facilita que el cinturón produzca un estrangulamiento en caso de accidente.
  • Cambia el cinturón cuando sufras un golpe, porque el trenzado del mismo habrá perdido su eficacia e incluso puede haber roturas en los sistemas de anclaje.

Para que el cinturón de seguridad funcione como debe, en caso de accidente o de un frenazo inesperado, tiene que ir abrochado correctamente.

El cinturón de seguridad en embarazadas

embarazadas
Poner toallas y otros complementos sobre el asiento: Efecto submarino.
El efecto submarino consiste en que el cuerpo, si no está bien sujeto por el cinturón, presiona el asiento hacia abajo y llega a deslizarse por debajo de la banda abdominal del cinturón de seguridad.
Para evitar el efecto submarino debes colocar bien el cinturón y sentarte correctamente, siendo aconsejable no añadir ningún complemento al asiento.
Imagina que vuelves de la playa con el bañador mojado y tienes que coger el coche. ¿Qué es lo primero que harás? Probablemente colocarías la toalla en el asiento para no mojarlo. Es lo que haces siempre y no ves ningún peligro en ello, pero con esa toalla estás facilitando que se produzca el efecto submarino.

Para evitar todo ello, además de evitar los mecanismos que eliminan o limitan la holgura del cinturón (pretensores), se hacen modificaciones en la estructura interior del asiento. La parte delantera de la banqueta forma una pequeña rampa, que hace más difícil que el cuerpo se desplace hacia adelante y hacia abajo.

Cuando, como en el ejemplo, colocas una toalla o cualquier complemento de los que venden para los asientos (como aislantes de bolas, riñoneras, almohadones…) estás aumentando la probabilidad de que se dé el efecto submarino, ya que estos elementos pueden hacer perder eficacia al cinturón y alteran la estructura del asiento y su capacidad de retención.

No abrochar los cinturones traseros

Existió la falsa creencia de que no es necesario llevar el cinturón en los asientos traseros. Sin embargo, los pasajeros de detrás van exactamente a la misma velocidad que los de delante y están sometidos a la misma deceleración si el coche choca o se detiene bruscamente.

Es cierto que frente a los pasajeros traseros no hay masas rígidas (como el volante o el salpicadero), pero los asientos delanteros contra los que chocan no son una estructura deformable que pueda absorber la energía del impacto.

Sin cinturón de seguridad, a 80 km/h los pasajeros de atrás no tienen ninguna forma de sujetarse y son proyectados contra los de delante con una fuerza equivalente al golpe de una bola de 1.200 kg a 10 km/h, lo que podría matar o lesionar gravemente a los ocupantes de los asientos delanteros.

Fuente: www.dgt.es

Por transitovial

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